Amigos de Behavioral Economics Blog, esta semana presentamos el artículo “Beyond Current Guidelines: A Proposal for Bringing Behavioral Economics to the Design and Analysis of Stated Preference Surveys” de Schläpfer, F. y Getzner, M. (2020), en el cual se expone la relevancia de la economía conductual en el diseño y análisis de estudios de preferencias declaradas.
El análisis de coste-beneficio en el sector público a menudo implica la valoración de bienes que no tienen un precio de mercado. Para estimar el valor de tales bienes, los economistas han desarrollado métodos de encuesta. En ellos se pregunta a los encuestados cuánto estarían dispuestos a pagar por una mejora propuesta en un bien o servicio específico. Es lo que denominamos preferencias declaradas.
Tras la llegada de la economía conductual, la existencia y relevancia de las “anomalías de elección” en las encuestas de preferencias declaradas se aceptaron ampliamente. Sin embargo, las evaluaciones recientes de impacto de políticas se basan en estudios de preferencias declaradas que no tienen en cuenta las anomalías del comportamiento.
Desde una perspectiva de la economía conductual, las anomalías de elección observadas en las encuestas de preferencias declaradas tienen claras implicaciones. Los supuestos críticos deben examinarse rutinariamente y los investigadores deben demostrar que los supuestos subyacentes están justificados en su aplicación. Si las suposiciones no se cumplen o no se pueden probar, no se debe confiar en ellas.
Así, los autores sugieren distinguir tres suposiciones en la investigación sobre preferencias establecidas. Estas son: la utilidad de decisión es igual a la utilidad experimentada; los encuestados tienen preferencias relativamente estables; y las creencias de los encuestados apoyan respuestas veraces (dicen la verdad en las encuestas). Siguiendo los argumentos anteriores, una estrategia económica conductual requiere demostrar que estos supuestos se cumplen, o evitar conclusiones basadas en ellos.
Con respecto a la primera suposición, los economistas conductuales distinguen entre la utilidad experimentada (el bienestar real de un individuo en función de sus elecciones) y la utilidad de la decisión, que es lo que el individuo maximiza efectivamente al tomar una decisión. Sin embargo, tratándose de políticas complejas y desconocidas, puede sobrestimarse el aumento en el bienestar o subestimarse la disminución en la utilidad experimentada. La igualdad entre ambas no se puede dar por sentada.
En referencia a la segunda suposición, un enfoque destacado para probar la estabilidad de las preferencias es examinar los efectos de “anclaje”. Los experimentos de anclaje, en esencia, miden el cambio de las respuestas en encuestas resultante de un cambio en un estímulo. Un enfoque alternativo es hacer preguntas de preferencia con diferentes escalas de respuesta monetaria, si bien existen más métodos.
Finalmente, la tercera suposición establece que los encuestados, por norma general, responderán la verdad y serán sinceros en sus respuestas. La estrategia principal para hacer frente al problema ha sido utilizar preguntas de referéndum de oferta única. Esto quiere decir que las oportunidades de respuesta estratégica o manipulada son menos obvias que en las preguntas abiertas.
Por tanto, en base a todas estas consideraciones, los autores proponen un diseño y análisis de encuesta que involucra elementos adicionales con respecto a enfoques estándar. El primero es un factor experimental para examinar los efectos del asesoramiento de terceros. Otro factor experimental examina la estabilidad de las preferencias analizando cómo las respuestas de disposición a pagar se ven afectadas por escalas alternativas de respuesta. El tercer supuesto se aborda con dos elementos adicionales. Por un lado, preguntas para examinar las creencias subjetivas de los encuestados que subyacen a los incentivos para dar una respuesta sincera. Por otro lado, una pregunta de referéndum para obtener tasas de aprobación de las políticas, dadas las verdaderas implicaciones fiscales esperadas.
Así las cosas, para poner en práctica estas cuestiones, los autores llevaron a cabo un estudio empírico. El objetivo era evaluar las opciones de administración de la conservación de los bosques federales de Austria, pudiendo ser la conservación de estos débil, intermedia o fuerte. La descripción del escenario incluyó una estimación de los costes reales de la gestión forestal para la Administración Pública y el hogar medio austríaco. Asimismo, se incluyeron cuestionarios para recoger y medir las opiniones de los participantes.
Una introducción con dos diagramas explicaba la composición de los bosques federales de Austria y tres categorías de áreas de conservación (protección de los bosques). Luego se informó a los encuestados que se les presentarían opciones alternativas de gestión y se les preguntó su opinión sobre ellas. El cuestionario incluyó bloques adicionales de preguntas sobre el comportamiento recreativo, la percepción de los bosques y las características socioeconómicas de los participantes.
Bien, los resultados revelaron lo siguiente. Los efectos de la información de terceros fueron relativamente débiles. De manera más general, las interacciones significativas con las características individuales indicaron que la información sobre las personas u organizaciones involucradas en el proyecto en cuestión puede influir en las preferencias declaradas por los encuestados. Los efectos de las respuestas fueron altamente significativos tanto para la conservación débil como fuerte, pero se desconoce por qué no se observó un gran impacto en la opción intermedia.
Colectivamente, la evidencia sobre los supuestos de comportamiento sugirió que la voluntad de aceptar / pagar reflejada en las respuestas no puede tomarse al pie de la letra. Los efectos de la escala de respuesta y del programa alternativo (entre los pares de programas presentados) sugirieron, por su parte, que las valoraciones involucran un gran componente arbitrario. Es decir, que en buena medida las respuestas o valoraciones dependen de la voluntad o capricho de quien responde en ese momento.
Asimismo, el efecto limitado de la información indicó que la provisión de información (estándar) fue suficiente para muchos encuestados. Sin embargo, falta evidencia de que a las estimaciones no les afectaran las respuestas estratégicas.
La investigación futura debe continuar explorando qué condiciones de tratamiento y análisis pueden producir la información más relevante y transparente para los tomadores de decisiones en este tipo de estudios. Para ello, la economía conductual puede suponer un apoyo relevante.
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