Amigos de Behavioral Economics Blog, esta semana presentamos el artículo “A neuroeconomic investigation of 5-HTT/5-HT1A gene variation, social anxiety, and risk-taking behavior” de Stamatis, C. A.; Engelmann, J. B.; Ziegler, C.; Domschke, K.; Hasler, G. y Timpano, K. R. (2020), en el cual se analiza desde la neuroeconomía la posible influencia de la genética en determinadas conductas de riesgo, como las adicciones, y su relación con la ansiedad social.
La neuroeconomía ha contribuido a comprender las bases neurobiológicas de la toma de decisiones, con implicaciones para conductas de riesgo en los trastornos de ansiedad. El trastorno de ansiedad social se caracteriza por un miedo persistente a la evaluación negativa de otros, presentándose como angustia y vergüenza en situaciones sociales.
La evidencia económica conductual ha indicado, durante mucho tiempo, que las personas se desvían de la teoría de la utilidad esperada. Concretamente, lo hacen al sobrevalorar —generalmente— las pequeñas probabilidades de una ganancia o pérdida, mientras que subestiman las probabilidades mayores.
La neuroeconomía ha permitido a los investigadores comprender mejor las diferencias individuales involucradas en esas evaluaciones. Algunos estudios investigaron predictores de estas diferencias en la valoración de recompensas, incluida la influencia de las características de personalidad en las distorsiones de probabilidad. Sin embargo, ningún estudio ha empleado métodos neuroeconómicos para evaluar los mecanismos de toma de decisiones basada en recompensas en el trastorno de ansiedad social.
Los parámetros derivados de los mecanismos neuroeconómicos pueden dilucidar facetas específicas del enfoque y la evitación del riesgo en un nivel básico de toma de decisiones. Estas facetas podrían interactuar con los síntomas de ansiedad para influir, a su vez, en la elección de participar o huir de una amenaza percibida.
La investigación conductual destaca un vínculo entre el gen 5-HTT y la disposición a apostar. Así, ningún estudio anterior ha examinado el papel de estos supuestos genotipos de riesgo para explicar la ansiedad social superpuesta y la asunción de riesgos. Las personas con alta ansiedad social son susceptibles de experimentar fuertes emociones negativas al enfrentarse a posibles estímulos sociales.
Por lo tanto, los autores propusieron lo siguiente. En el contexto de la ansiedad social, una baja serotonina (o baja función serotoninérgica) puede contribuir a una menor disponibilidad de recursos de control esforzado. Con menos recursos para guiar la exposición adaptativa a situaciones temidas, finalmente se realizaría una mayor búsqueda reactiva o pasiva y evitación del riesgo.
Así, en el estudio de los autores se evaluaron las conductas de riesgo, mediante tareas neuroeconómicas y autoevaluaciones de los participantes. Asimismo, se consideró el papel de los genotipos 5-HTT y 5-HT1A como factorescontribuyentes en la relación entre síntomas de ansiedad social y el riesgo.
De acuerdo con la investigación que relaciona la función serotoninérgica baja con un control deficiente y mayor disposición a apostar, se predijo que los portadores de los genotipos de riesgo exhibirían una mayor propensión a apostar y una peor discriminación de recompensas.
En el estudio se contó con un total de 309 participantes, con una media de edad de 19,86 años. Aproximadamente la mitad de la muestra identificó su origen étnico como caucásico. Bien, los participantes tomaron 126 decisiones incentivadas basadas en loterías probabilísticas y pagos seguros. La lotería siempre ofrecía una recompensa potencial que era mayor que la cantidad de pago segura. Las probabilidades de pago se indicaron mediante gráficos circulares.
Las cantidades y probabilidades de las ganancias de la lotería variaron en cada prueba, entre cantidades grandes (10$ – 50$) y pequeñas cantidades (0$ – 20$). Las probabilidades podían tener los siguientes valores: 5%, 10%, 20%, 50%, 80%, 90% y 95%. Los pagos seguros variaron en cada prueba entre 1.25$ y 46.25$. Se pidió a los participantes que realizaran un cuestionario sobre su comprensión de las probabilidades y ganancias potenciales y 10 ensayos de práctica. Después hicieron la tarea descrita.
Los resultados mostraron lo siguiente. Las participantes mujeres indicaron una mayor toma de riesgos sociales que los hombres. Si bien los síntomas de ansiedad social no se relacionaron con la asunción de riesgos financieros, sí con un mayor atractivo del juego en una tarea económica conductual.
Se encontró que la ansiedad social se asoció con una mayor propensión al juego para las decisiones económicas incentivadas. Sin embargo, no se observó la asociación hipotética entre la ansiedad social y una peor discriminación de las probabilidades de obtener recompensas potenciales. Esto es sorprendente, ya que encontrar esta asociación habría corroborado que los síntomas de ansiedad social pueden estar relacionados con la toma de decisiones impulsiva. Una posible explicación de estas diferencias puede ser que las tareas de juego midan las habilidades cognitivas más que las preferencias de riesgo.
Los resultados de los análisis de moderación, por su parte, indicaron un apoyo tentativo para conceptualizar el gen 5-HT1A como un impulsor de la toma de riesgos en relación con los síntomas de ansiedad social. Si bien no se encontró una asociación directa entre 5-HT1A y el juego irracional, sí se apreció un efecto de interacción. Así, la relación entre la ansiedad social y las decisiones de juego irracional fue más débil en los portadores del alelo sin riesgo.
En el contexto de estudios previos, los resultados pueden reflejar la noción de que la función serotoninérgica bajainfluye en la disminución del control del esfuerzo. Esto contribuiría a que los individuos con alta ansiedad social dependan de procesos reactivos (pasivos, de reacción) que dan como resultado conductas de riesgo desadaptativas.
Además, encontramos que el grupo con el genotipo 5-HTT reflejó un comportamiento social de riesgo significativamente mayor. Sin embargo, la falta de asociación directa del gen 5-HTT con los síntomas de ansiedad social, específicamente, sugiere que la contribución tentativa de los genes y neurotransmisores a la toma de decisiones con esfuerzo puede servir como un factor de riesgo no específico.
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