Amigos de Behavioral Economics Blog, esta semana presentamos el artículo “How price path characteristics shape investment behavior” de Nolte, S. y Schneider, J. C. (2018), en el que se analiza de qué manera las trayectorias de precios sirven como marcos “gráficos” que influyen en el atractivo percibido de un activo y en el comportamiento inversor.
Una pieza central de cualquier elección de inversión es formar expectativas sobre el rendimiento futuro de las oportunidades de inversión. Estas expectativas se basan en la información disponible en el momento, lo que incluye gráficos que visualizan la trayectoria del precio del activo.
Dada la gran cantidad de literatura sobre los efectos marco, puede decirse que las trayectorias de precios reflejan los marcos “gráficos”. Esto influye en el atractivo percibido de un activo al resaltar sus características específicas. Esto es, la forma de presentar la información puede afectar a la decisión. Así, nos centramos en dos aspectos: la etiqueta y la forma de una trayectoria de precios. Las trayectorias mostradas pueden reflejar la evolución histórica de los precios o alguna futura para ilustrar las características del producto, como por ejemplo, garantías de capital.
Etiquetar una trayectoria de precios como histórica o simulada afecta a la decisión de inversión. Además, destacan características específicas de los activos como la tendencia o la variabilidad (margen) al variar la forma (la secuencia temporal de rendimientos) de la trayectoria del precio. Por lo tanto, esta percepción afecta a las opciones de inversión.
El formato de presentación de los rendimientos históricos de los activos influye en la volatilidad esperada de los activos. Al mismo tiempo, la percepción de los inversores sobre el riesgo y el rendimiento del activo está fuertemente impulsada por la familiaridad de los nombres de los activos más que por el formato de presentación. Por el contrario, el formato de presentación tiene un efecto significativo en la percepción de riesgo y rendimiento de los participantes.
Así las cosas, los autores llevaron a cabo un experimento. En este, los participantes (210 estudiantes de negocios de 1º año) debían tomar 12 decisiones de inversión estáticas. En cada decisión, se les pide que asignen una dotación de 10.000 unidades monetarias entre un activo de riesgo que ofrece un rendimiento esperado positivo y un activo sin riesgo que no ofrece rendimiento.
En cualquier caso, todas las decisiones son bajo riesgo y ofreciendo información completa sobre ellas. Por lo tanto, no hay incertidumbre con respecto a los posibles resultados y las probabilidades asociadas. Las decisiones difieren con respecto a las trayectorias de precios mostradas, la distribución de rendimiento final del activo y si se trata de un escenario de compra o venta.
Entre dos decisiones, los participantes deben completar una búsqueda de palabras sencilla para mantenerse alerta y evitar que se produzcan efectos en el orden.
A los participantes se les dividió en dos grupos en función del etiquetado de las trayectorias de precios. Por un lado, están a los que se les mostró el desarrollo histórico del precio del activo. Por otro lado, los que presentan una realización potencial futura simulada. Asimismo, hay cuatro tipos diferentes de trayectorias de precios y dos distribuciones de rendimiento diferentes.
Con respecto a la forma de las trayectorias, cada una tiene cuatro características específicas. La primera sería la tendencia (una positiva, otra negativa y dos sin ella). La segunda, la presencia de precios “focales”; la comparación entre precios pasados y el precio de referencia del activo. La tercera, comprobar si una trayectoria cae alguna vez por debajo del valor inicial (pérdidas). La cuarta, finalmente, es el margen o amplitud de la trayectoria para estimar el riesgo.
Asimismo, en este experimento hay otro elemento clave además de la trayectoria de precios de los activos, ya explicada. Este es la distribución de retorno terminal, presentada en forma de diagrama de pago de diez estados. Los autores denominan a las cuatro formas construidas y estilizadas de las trayectorias de precios: de arriba-abajo; de abajo-arriba; dominio de ganancia directa; y dominio de pérdida directa. Los cuatro caminos terminan en el mismo punto o valor con respecto a las ganancias.
Así pues, un tomador de decisiones completamente racional debería ignorar las trayectorias de precios, ya que son irrelevantes. En su lugar tendría en cuenta la utilidad que espera obtener de los resultados de la inversión.
Sin embargo ¿cuáles fueron los resultados del experimento con participantes “novatos”?
En lo que se refiere a la forma de la trayectoria, la menos atractiva para el grupo con trayectorias históricas es la de arriba-abajo. Le siguen la de abajo-arriba; el dominio de pérdida directa y, por último, el dominio de ganancia directa. En contraposición, la trayectoria más atractiva para el grupo de futuro simulado es la de dominio de ganancia directa, seguida de arriba-abajo, la de dominio de pérdida directa y, finalmente, la de abajo-arriba.
Así, en el grupo histórico un diferencial y un punto de referencia alto y la tendencia a la baja de la forma arriba-abajo parecen tener un impacto negativo en la disposición a invertir. En comparación, parece tener uno positivo en el grupo de futuro simulado.
Con respecto a las características, se encontró que un precio de referencia implícito de trayectoria más alto conduce a una mayor inversión en el grupo de futuro simulado. En referencia a la tendencia, mientras que una tendencia positiva se asocia con una menor inversión en general, y para las trayectorias de futuro simulado en particular, es significativamente más positiva en el grupo histórico. Del mismo modo, si una trayectoria cae por debajo del precio inicial al menos una vez, los participantes invierten significativamente menos en el activo asociado con esa trayectoria.
En resumen, hay evidencia de que un modelo que incorpora las cuatro características de activos de las trayectorias históricas de precios se suman para explicar las cantidades invertidas en el experimento, mientras que para las trayectorias de precios simuladas solo el margen y el dominio son importantes.
En conclusión: las trayectorias de precios y, más específicamente, su forma juegan un papel importante en las decisiones de inversión. Esto es debido a que sirven como “marcos” gráficos de referencia que influyen en el atractivo percibido de los activos.
Así, la influencia de una trayectoria no puede atribuirse simplemente a la creencia de que los patrones del pasado (como una tendencia actual) se asemejarán en el futuro. En cambio, las trayectorias de precios futuros simulados también tienen una influencia significativa en las decisiones de inversión. En adición, las cuatro características específicas de la forma de las trayectorias son relevantes cuando dichas trayectorias son etiquetadas o categorizadas como históricas.
Aunque los autores proporcionan evidencia clara de que las trayectorias de los precios y sus características influyen en el comportamiento inversor, existe la posibilidad de que futuras investigaciones profundicen en cuándo y en qué medida distintas características específicas son relevantes.
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